Descomunal, tremendo, único, apoteotico, pongalé el calificativo que quiera, así fue la tarea de Silvio Eduardo Ríos, en el triunfo de Libertad 1 a o frente a Ferro de General Pinedo.
Las corrió a todas, jamas dió por perdida una pelota, se bancó toda la tarde ser EL DELANTERO en el cual la pelota descansó, metió un gol que lo caracteriza, de arremetida aventajando a su compañero Lucas Bois y de puntin por arriba de la cabeza del arquero Enzo Minhot.
En el segundo tiempo no aguantó más y pidió el cambio, estaba exausto, había hecho todo él, la gente lo despidió con un cerrado aplauso, reconociendo tanta entrega y sacrificio en cada partido.
Tiene 36 años, muchos pibes que recien arrancan deberían tomarlo como ejemplo, cuando puede y el trabajo le permite, viene a entrenar en la semana desde Gancedo a 70 kilometros de Charata y cada vez que alguien cree que está para disparar los últimos cartuchos cuando empieza una nueva temporada, se equivoca, por suerte hay Silvio Ríos para rato.
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